lunes, 13 de julio de 2009

Comunicación Didáctica
La comunicación didáctica es aquella comunicación aplicada en el proceso de enseñanza, por lo tanto tiene como objetivo modificar e incrementar los conocimientos, desarrollar las destrezas y habilidades y modelar positivamente las actitudes del sujeto del aprendizaje.
Más, como la comunicación en sí también representa un proceso, conviene conocerlo como estructura que va a influir en el logro de los objetivos señalados.
El estudio de la comunicación ha interesado a numerosas áreas del saber, que han concebido para su comprensión, la construcción de diferentes modelos, los cuales parten desde Aristóteles hasta nuestros días. Sin embargo, el modelo que se emplea comúnmente, de emisor (codificador) que transmite un mensaje a través de un canal al receptor (decodificador), y que puede recibir una respuesta o feedback y ser afectado por ruidos o interferencias, fue establecido por David Berlo, a pesar de que los demás modelos coinciden en casi todos los elementos.
Al visualizar este modelo comprendemos la relación directa que se establece entre el emisor, maestro o instructor y el receptor alumno. Ha de ser una relación abierta, en ambas direcciones, dinámica y con conciencia ética de sus efectos, para poder lograr la efectividad de la comunicación.
Para ello el docente ha de emplear los instrumentos y habilidades que le confiere el empleo acertado de la voz, a través del volumen, la modulación y entonación, y sobre todo una correcta pronunciación. El control del aula a la que se dirige, lo puede alcanzar mediante el control visual, abarcando a todos los alumnos y en caso de dirigirse a uno, observarlo directamente, mientras le transmite la idea.
Por otra parte así como se emplea la voz y la mirada, el cuerpo a través de los gestos y el movimiento conducen a establecer una comunicación kinética con el alumno. El desplazamiento del docente en el aula ha de ser apropiado, por una parte no es conveniente el movimiento constante, pues motiva la distracción y por otra parte, los gestos sosegados le transmiten al alumno la serenidad necesaria para concentrarse en los objetivos del aprendizaje.
Dentro del proceso de la comunicación como docentes debemos conocer las leyes que la norman. A pesar de que la responsabilidad de la comunicación está en el emisor, en nuestro caso el docente, lo verdadero es lo que entiende el receptor, es el acto de escuchar o percibir el mensaje lo que define a la comunicación. Así mismo, la emocionalidad de la comunicación condiciona la racionalidad de la misma, en este sentido es más eficaz la comunicación cuando se comparte niveles de empatía entre los elementos de la comunicación.
Se pueden precisar algunas pautas que optimizan la comunicación, la claridad del mensaje, el uso de lenguaje sencillo, centrar la atención en el receptor, evitar los ruidos, exponer los contenidos oportunamente, ejercer la autoridad con una concepción democrática, de respeto por las mayorías y consideración de las minorías. Además como docentes emplear la repetición para asegurarnos la captación de la información, así como invertir el proceso para confirmar la efectividad del mensaje.
Siendo la comunicación el mecanismo o proceso que nos permite relacionarnos, conocer y establecer los justos nexos entre docente y alumno, es de hacer notar que tal como se mencionó, la emocionalidad o los sentimientos, bien sea de agrado o desagrado entre los miembros de la actividad docente, tendrán incidencia en la enseñanza aprendizaje. Como en toda relación humana, el docente ha de promover una actitud armoniosa de convivencia con sus alumnos.
Para ello debe mostrar interés en sus ideas, proyectos y asuntos para crear un clima de empatía. Con ello estimula la comunicación para que sean ellos los que más se manifiesten, para poder conocerlos y ajustar el proceso de enseñanza. Con una actitud sincera, tolerante, positiva y asertiva, el docente demuestra respeto por los alumnos, admite sus equivocaciones, sin perder su rango.

medios

Medios, Recursos y Estrategias Instruccionales

El ejercicio o práctica de la enseñanza desde la antiguedad hasta nuestros días requiere del empleo de objetos, acciones o práctica de ejecución para transmitir el saber y lograr el aprendizaje. El proceso didáctico, como todo proceso, requiere además de una planificación previa. Es así como en la organización e institucionalización de enseñanza, la definición de medios, recursos y estrategias del proceso demuestran su importancia
Si partimos de la definición de las palabras, medios son las cosas o acciones que sirven o se utilizan para conseguir un fin; recursos son los medios a que se recurre para satisfacer o lograr algo y estrategia son las acciones que se ejecutan al coordinar los recursos para la consecución de los objetivos.
Aplicando esos significados a la práctica docente inferimos que para el logro de nuestros objetivos necesitamos organizar, planificar y emplear los medios con que contamos, de tal forma estaríamos diseñando una estrategia en la que usaríamos los recursos pertinentes para cada caso. Debemos entender que si el medio es cómo alcanzar un objetivo, en un momento dado se convierte en un recurso.
Es así como el instructor o docente para estimular, motivar y en general, facilitar la enseñanza, puede emplear infinidad de estrategias en las que la variedad de los recursos se limita a la imaginación. Un periódico, una fotografía, una frase, un juguete, un mapa, un pedazo de tela, cualquier material, tangible o no, puede ser el recurso que conforma la estrategia ideada por el maestro para el logro del objetivo. En la actualidad los medios son variados: de audio, de video, audiovisuales, o multimedia que tal como lo expresa la palabra, incluye la multiplicidad de los audiovisuales con movimiento.
Con el progreso acelerado de las TIC, los medios y recursos enriquecen nuestras estrategias. El docente puede inclusive enseñar sin necesidad de la presencia física en el aula. El internet se convierte en recurso a través o por medio de la computadora y podemos aplicar estrategias como el foro, el chad, el e-mail para realizar los distintos pasos del proceso de enseñanza aprendizaje.
Indudablemente que la tecnología se convierte en un potencial aliado, cuando existen los recursos económicos para su habilitación en la educación. Pero aún haciendo uso de ella, debemos tener presente que el elemento más importante en el proceso educativo, siempre será el elemento humano.
Está en la adecuación del docente a los nuevos recursos, la responsabilidad de transmitir a sus alumnos la disposición a aprender y emplear los materiales computarizados.
Considerando la globalización que han alcanzado estos materiales y sus efectos positivos en la sociedad del conocimiento, es una obligación del sistema educativo preparar a los estudiantes para dominar los instrumentos tecnológicos. Transmitiendo a la vez el sentido que tiene el uso de este, como de cualquier medio o recurso: será el individuo con sus capacidades cognoscitivas, habilidades y destrezas quién le otorgue a la máquina su función provechosa para el saber.
Es necesario, por otra parte, tener en cuenta las características del grupo receptor de la enseñanza. Indudablemente que al tratarse de adultos contamos con mayor posibilidad de disponer de recursos tecnológicos. Además, independientemente del uso de las TIC, en la actividad presencial e inclusive grupal, el individuo desarrolla una serie de habilidades sociales paralelas a la adquisición de conocimientos, que lo hacen más diestro en las relaciones de su futuro desempeño laboral: el compartir, ceder, liderar, aceptar, programar contando con el otro. Sin embargo, el empleo exagerado del trabajo grupal conlleva a la distorsión del proceso evaluativo y puede fomentar en los alumnos hábitos contrarios a los perseguidos.
Como en todo sistema, en el educativo se debe buscar y practicar la justa medida equilibrada para evitar extremismos que afectan la enseñanza, tanto en el uso de los medios y recursos como en las estrategias que planifica el docente.